CHILE

Bicentenario, 200 años de un Chile que aun es joven, que quiere ser reconocido como país desarrollado, pero aún falta mucho para eso, mientras la desigualdad siga y el centralismo se mantenga, difícilmente llegara el desarrollo, es cierto que se ha avanzado pero aun hay muchas cosas que dividen al país, el estatus económico y lo que paso durante la dictadura.

Aun en Chile remamos para lugares opuestos, creo que cuando rememos para el mismo lado las cosas cambiaran, las heridas del pasado siguen abiertas, son muy profundas, fue mucha la sangre que se derramo, yo nací bajo la dictadura, quedaban 5 años para que terminara, era solo un niño, no viví lo peor.

Hoy visite el Museo de la Memoria y quede realmente impactado, hasta una lagrima derrame al leer una carta que un hombre le escribió a su pequeña hija antes de ser ejecutado. Invito a la gente que tenga la oportunidad de ir, es un parte importante de nuestra historia, un imperdible. Siempre me he preguntado valió la pena derramar tanta sangre, no me explico como un compatriota puede hacerle daño a otro, como un ser humano puede torturar a otro, como puedes tratar a otro como si no fuera nada, como las fuerzas armadas pueden atacar a su propia gente, realmente no lo entiendo.

Quizás el país necesitaba un cambio, pero no se justifica la manera de ninguna forma, absolutamente de ninguna forma, realmente no solo se perdieron vidas, también se destruyeron familias, hogares, etc., es un dolor que toda esa gente se llevara a la tumba.

Tengo la esperanza de un día salir a la calle y ver a cada uno de nosotros saludarse, abrazarse con el prójimo, sin importar la raza, sexo, clase social, etc., ese día puede que Chile sea diferente realmente un buen lugar para vivir. Siempre se dice que Chile acoge bien al extranjero y todo eso, pero porque no podemos tratarnos bien nosotros mismos, vernos a los ojos, regalar una sonrisa cuando te cruzas con alguien, aquí en Stgo., la gente siempre está con desconfianza parece que no somos libres, parece que estamos presos por unos pocos que quieren robar, creo que la familia en Chile está perdiendo el norte, se está perdiendo el amor por los hijos, los padres solo se preocupan de trabajar y ya cada vez es menos el tiempo en que las familias están juntas, ahí está la base, esa es la principal falla, ahí está el principio de todo.

Ojala la mentalidad comience a cambiar, me gustaría hacer tanto, pero incluido yo estoy atrapado en todo esto, al final uno termina siendo absorbido igual, como cambiar esto, creo que cada habitante de este Chile tan largo y diverso, si se pusiera a pensar y realmente reflexionara un poco y estuviera dispuesto a aportar su grano de arena, quizás cambiarían algo las cosas.

Obviamente no llegare al Tricentenario, quizás ni mis hijos lo vean, pero quiero que mis nietos lo vean, quiero que cuando llegue ese día este mundo aun exista, y que sea un buen lugar para vivir, lo más importante que mi Chile sea el mejor país del mundo…