Viernes por la tarde llegaba a la única casa, no era la única, habían vecinas, pero son las ultimas que van quedando en el centro de Santiago, cansado sin ganas de nada solo de dormir. Debo confesar que estaba un poco aburrido de todo y todos.
Mi compañera de practica me convenció para ir un rato al mall, preferí llevarla al Parque Arauco, para que lo conociera. No lo lamente la pase muy bien, pero de regreso recordé que tenia turno al día siguiente en el hospital, por lo tanto si o si tenia que dormir. Llegue super relajado, se me había quitado por ese instante la mala onda, ultima mirada al reloj, apague la luz y a dormir.
Desperté mire el reloj, eran como las 3 de la mañana, había dejado el note suspensión, cuando lo fui apagar, el me hizo el favor, se le fue la batería. A intentar dormir nuevamente, lo conseguí creo?, pero unos segundos después siento que se mueve mi cama, pensé un temblorcito nada más, no le hice caso, pero ese temblorcito se mantenía, sentí que cayeron un par de cosas al suelo, mire mi impresora que estaba en lo alto, por un momento tuve ganas de que cayera y se rompiera la estúpida y mala impresora Epson, pero aguanto, en ese momento ya estaba de pie y el temblorcito era un terremoto que no quería ceder por mucho que mi pensamiento dijera ya va a pasar, por ser de Arica estoy acostumbrado a los temblores, pero esto no tenia comparación, creo que pasaron como 4 minutos y la intensidad había disminuido, aunque seguía temblando, sin saber que hacer solo atine a sentarme en mi cama y esperar.
Cuando tome la decisión de seguir durmiendo, toca la puerta la dueña de la casa, preguntando como estaba, ella pensaba que me había dado un infarto, jajaj, busque el Mp4 para saber información pero nada, no lo había cargado y el celular tenia muy poco, lo suficiente para hacer llamadas. No sabia si salir o quedarme, pensaba que si una construcción tan antigua había soportado el terremoto del 85 y ahora este, la cosa no era tan grave. Mi vecino tenia una radio y estaba en la calle, salí para enterarme cual era la verdadera situación.
Una vez afuera me di cuenta que la cosa era mas grave de lo que pensaba, habían algunos escombros repartidos en el suelo, vidrios rotos, gente acampando y los helicópteros de carabineros monitoreando la situación. Luego por la radio de mi vecino me entero que el epicentro era en el sur cerca de Concepción, cuando supe la magnitud no lo creí, 8.8, lo encontré imposible, era casi tan poderoso como el del mayor registro histórico el de Valdivia. Pensé en mi mamá que estaba en la 6ta Región con mi abuela, pero algo me decía que estaban bien, no entraban las llamadas, tenia que esperar, después una noticia alentadora no había riesgo de Tsunami.
Decidí volver a dormir, porque seguía con la idea de cumplir e ir al hospital. Como a las 5 am, siento el celular, era mi padre, la mejor noticia, mi madre y mi abuela estaban bien, con mayor razón podía dormir mas tranquilo. Como a las 6 y algo llama una compañera desde Arica también, le dije que estaba vivo, corto el celular y se viene una nueva replica, tan intensa como el mismo terremoto, pero afortunadamente duro menos. Luego de eso no pude seguir durmiendo, fui a ducharme, al menos había agua.
Salí de la casa como a las 7:30, fui hacia la alameda, obviamente la estación Santa Lucia estaba cerrada, había gente en el paradero esperando transantiago, decidí caminar, en el camino miraba los rostros de las personas confundidos, otros con la intención de hacer lo que tenían presupuestado para el día. Estaban los focos de los parques destruidos como si hubieran estallado, los edificios antiguos del camino hacia Providencia todos con notorios desprendimientos, las calles muy sucias, en fin.
Llegue al hospital del Salvador, que es uno de los más antiguos de Chile, había sufrido derrumbes pero nada serio que comprometiera gravemente su arquitectura, entro no veo a casi nadie, era como si todos estuviesen escondidos, no habían doctores, ni enfermeras, ni el resto del personal que uno acostumbra a ver en los pasillos, eran las 8:30, llego hasta el sector de Rehabilitación y ahí esta mi profesor, que al igual que yo, intento dormir en su movido edificio de Vicuña Mackenna, pero según el tuvieron que evacuar su edificio, por los riesgos que siempre hay en casos así.
Manos a la obra entonces, a atender pacientes, tanto el como yo aun no podíamos creer lo que estaba pasando. Nos limitamos a atender los pacientes encargados para el fin de semana, pero la verdad, recorrimos todo el hospital. Las personas estaban en shock, los y las Técnicos en Enfermería estaban intentando ordenar pero todo era un desastre, el desorden era tal que yo no podía encontrar mis pacientes habituales, no habían doctores a la vista y las enfermeras de a poco iban apareciendo, mi profesor y yo los únicos Kinesiólogos en ese momento. La personas estaban muy asustadas, más que trabajo kinésico, ese día me convertí en psicólogo. Como las 13:30 mi profesor me dejo libre para que pudiera volver a la casa y regresar al día siguiente.
Para volver hice otro trayecto quizás más corto, en el Santa Isabel de Portugal había una cola que abarcaba 2 cuadras. Decidí almorzar en una fuente de Soda que estaba cerca de mi casa.
Llego a mi casa, enciendo el computador, había llegado la luz, y me entero que el mar se había salido, que el Tsunami había matado mucha gente, no podía creer como pudieron cometer ese error que significaba muerte, no pude seguir mirando las noticias, busque un link para ver otra cosa, estaba jugando Suazo en España, ya había convertido un gol, en ese momento logra el segundo, celebra y muestra la camiseta con la frase Fuerza CHILE!!, debo confesar que me emocione. Después me quede dormido, sentí muchas replicas por la tarde.
Por la noche sentía más miedo que el momento del terremoto, quería saber de mi madre, sabia que estaba bien, pero no en que condiciones. Regresaría 3 días después a Stgo.
El lunes 1 de Marzo fue el día más extraño de mi vida, salí en dirección al metro Santa Lucia, estaba funcionando, había muy poca gente en la calle, el metro estaba vacío, cuando debiera haber estado lleno en una situación normal. Ni con el mejor chiste las personas eran capaces de sonreír, la tristeza de las personas era evidente, el golpe para todos fue muy duro, muchos seguro tenían familiares en el sur y no sabían nada de ellos, creo que no hay peor angustia que no saber nada de la gente que quieres y más en una situación así.
Paso un año, ahora estoy muy lejos, pero una catástrofe como esa es imborrable, pensar en la gente que lo perdió todo, gente que perdió a sus seres queridos, gente que en este momento esta tan desamparada como aquel día, gente que tiene que vivir de allegada porque las promesas de reconstrucción no llegan, es una situación realmente lamentable.
Pensar que para el Presidente de Chile lo de hoy no es mas que una celebración…